Ruta cicloturista a Ballesteros de Cva. Protagonista: El Viento 57 kmts. 346 mts.

-4º marcaba el termómetro a las 9 de la mañana, eso y el susto que tenia pensando en la subida que nos esperaba hoy en Peña Escurriza, hizo que "Gavi" mandase un mensaje-excusa, para no salir hoy, "que si tengo cosillas" que si tal que si cual. Nenaza!!!. Aquí la única excusa válida y posible es que a la hora de partir, la parienta te ofrezca algo "más tentador" que montar en bici y si es para eso, uno pues se queda y punto.


Como he dicho antes, hacía frío, pero a lomos de nuestras monturas fuimos por el camino que llaman de "Ciruela" hasta Ballesteros, no sin antes cruzar el río Jabalón, donde pudimos observar que parecía una pista de hielo, estaba totalmente helado.

La subida a la ermita la tomamos con calma, ya se sabe que los esfuerzos luego se pagan (llámese pájara) y en este caso Félix, tomó la delantera haciendo una buena subida, marcando un ritmo bastante alto, los demás llegamos como pudimos, dosificando esfuerzos.

A la vuelta decidimos pasarnos por el aeropuerto fantasma de Ciudad Real, donde vimos que el movimiento es prácticamente nulo, lo único que se ve por allí y además muchos, son conejos, de los de 2 orejas. Claro que también pudimos observar como un Airbus 380 aterrizaba en sus pistas, por lo visto un príncipe Qatarí o similar viene por estas tierras de caza y que mejor manera de llegar que en su avión, por cierto un "pedazo de avión, increíble".


Félix empezaba a notar signos de debilidad, entre el esfuerzo que realizó en la subida y el tremendo viento en contra que nos encontramos a la vuelta, hicieron que al llegar se quedara en el hospital pidiendo una bombona de oxigeno. Bromas aparte, un mal día lo tiene cualquiera, llámese Pájara.

"Pájara" dícese del estado que se produce en el organismo con total debilidad, cansancio y apatía, en la que algunos se bajan de la bicicleta, en el momento que les ocurre, y se sienten incapaces de volver a pedalear ese día por muy lento que lo hagan.